Arte en el corredor

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[Esta actualización originalmente fue publicada en nuestro blog en ingles www.HiddenTreasuresinHonduras.com el 27 de Junio del 2014, y ahora ha sido traducida en español para poder servir de testimonio entre los hispanohablantes del mundo.]
El viernes pasado mientras los niños estaban en la escuela en casa con mi esposo Darwin me puse a transformar nuestro corredor en un estudio de arte. Puse dos mesas de madera con pintura y materiales de arte y otra pequeña mesa con nuestra grabadora de música, un jarrón de plástico con unas cuantas flores frescas, nuestra cámara para tomar fotos (que a los niños les encanta usar), y un tazón lleno de cocos frescos listos para una merienda. Para terminar el trabajo que estaba preparando, guindé un cartel que decía «Bienvenido al lugar de paz y creatividad.» A lo largo de la tarde, los niños trabajaron en proyectos de pintura, rajando los cocos, tomando fotos, y bailando alrededor de nuestro gran corredor. Las siguientes fotografías las tomamos nuestros hijos y yo esa tarde:

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Amen! Gloria a Dios!

En algún lugar entre los álbumes de fotos y las Crónicas de Narnia

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[Esta reflexión originalmente fue escrita el 6 de junio de 2014 en nuestro blog en ingles HiddenTreasuresinHonduras.com y ahora ha sido traducida en español para servir de testimonio de la obra de Dios entre los hispanohablantes del mundo.]

Ayer fue mi segundo aniversario desde mi traslado a Honduras como recién graduada universitaria idealista. Llegué con nada más que mi gran mochila de escalar, un par de bolsas de lona, y una determinación que me guiaba a comprender de que Dios me había llamado a ser una mamá para los que no tienen una.

Ayer por la tarde celebramos ese comienzo y el milagro que Dios ha trabajado en nosotros durante ese tiempo. La comunidad de creyentes que forman el Rancho Hogar Agua Viva – once en total, incluyendo mi marido y nuestros cuatro hijos – preparó una sorpresa por mi aniversario de dos años mientras recordábamos la forma en que Dios nos ha guiado y compartíamos historias al comer en nuestra larga mesa de madera. Y por supuesto que había globos y cartas y carteles hechos en casa. Como típicamente preferimos sean nuestras fiestas.
Después de caer la noche y todos comenzaron la limpieza de la cocina y a poner todo en su lugar, fui de regreso a nuestra casa (que está separada de nuestra cocina/área común que todos compartimos), donde me quedé en silencio en la puerta abierta que da a la habitación de nuestros hijos. Se me venía una avalancha de recuerdos durante los 730 días que habían pasado, sintiendo como si estuviera de pie en tierra santa en un museo que podría, con bastante exactitud, ser titulado Como Dios ha proveído y seguirá proveyendo o Dios vive y actúa en nuestro mundo .

La suave luz de nuestro porche iluminaba tenuemente la habitación vacía mientras mis ojos viajaron con cuidado, sentimentalmente, sobre las sombras para examinar cada objeto que vi. Tomé el gran poster colgado en la pared de color azul claro con cinta adhesiva que decía – «Amado Brayan, Bienvenido a la familia» – y que los niños habían pintado en letras grandes y desiguales para su nuevo hermano cuando él llegó a vivir con nosotros el seis de Febrero. Vi las pijamas de caricaturas de Jason extendidas sobre el gavetero, lista para que él brincara por toda la casa y cambiarse para irse a la cama. Mis ojos se posaron en el camerote de arriba de Brayan, con su cama hecha, aunque desordenadamente, con su dragón de peluche de color amarillo brillante y dos osos de peluche cerca de su almohada. Una motocicleta de juguete, un modelo de un avión de madera sin armar, y una cesta de ropa llena. Vi sus botas negras de hule que había vaciado del agua que tenían por dentro, casi esperando una rana o dos salir de ellas. La Biblia de Brayan puesta en su gavetero, sus libros para colorear y cuadernos escolares esparcidos por encima de su escritorio de madera que comparte, además de materiales de arte y probablemente demasiadas botellas de pegamento.

A través de su ventana abierta nuestra hamaca multicolor que recibimos como regalo de boda de nuestros mentores en el pasado junio también me llamó la atención, ya que colgaba quieta, como si, también, duerme durante la noche. Mi mirada bailaba y re-bailaba sobre todo lo que vi, sintiendo como si fuera a explotar de la emoción, pero al mismo tiempo tenia a un sentimiento de calma, de admiración.

De pie, escuchando con atención a cualquier palabra que Dios hablara en lo más profundo de mi corazón, teniendo en cuenta todo lo que yo había visto, luego traté de borrar meticulosamente cada elemento de mi vista. Quité de mi vista la mesa primero, luego el poster, seguido por el resto de los objetos de la habitación, uno por uno, por orden cronológico, los artículos más recientes desaparecieron primero. Entonces, el Señor me llevó al acto sagrado de recordar que no hace ni un año que la habitación estaba completamente desnuda, sin vida, un sueño que todavía esperaba pacientemente pero a la misma vez ansiosamente para que se cumpliera.

El ojo de mi mente, entonces comenzó a llenar aquella habitación vacía – primero llegó el gavetero, seguido por el camerote de madera, después, los colchones, y luego apareció Jason y poco después vino Brayan. Ahora esta habitación que una vez estuvo vacía es la habitación de alguien. O mejor dicho, de dos preciosas y traviesas personas.

Debí haber pasado acerca de veinte minutos en esa puerta en la tranquilidad de la noche, las voces apagadas y la actividad en nuestra cercana cocina aparentaba estar a años luz de distancia, tratando de comprender adecuadamente y apreciar todo lo que el Señor ha hecho, siempre, orquestado en estos dos cortos años. La quietud – la calma que gritaba – en nuestra casa, que respondió eso que resonaba en mi corazón.

Luego moví mi postura de la puerta, girando, y empecé a examinar nuestra sala, que siempre parecía acoger cómodamente a muchas personas sin importar el número. Mis ojos comenzaron a ver lentamente la habitación pequeña, desde nuestro piano en el que Darwin toca y Diana y Brayan practican con la ayuda de dos altas estanterías ocupadas por fotos enmarcadas, proyectos de arte, literatura Cristiana y para crianza de los hijos, libros para niños, varios rompecabezas y juguetes. La puerta de la habitación de las niñas también va a dar a nuestra sala, alrededor de la cual hay una boa de color rosa brillante y recortes negros de mariposas cuidadosamente colocadas en una fila. Dos pizarras de anuncios enormes y llenos, un cubo de Lego, astillas de pintura azul en las paredes que revelan los bloques de cemento que hay debajo.

Después de haber pasado varias horas ese día organizando nuestra casa, lavando la ropa, barriendo y trapeando, y poniendo todo en orden, yo atesoré los pocos minutos que pude tomar en medio de la tranquilidad ininterrumpida antes de que varias personitas de mucha energía irrumpieran a través de la puerta y llegaran con ganas de ensuciar todo lo que ya se había limpiado. Mi corazón meditaba sobre la bondad de Dios, como Él pone todo en orden, y ha de poner todo en orden. Mientras reflexionaba sobre esto, acomodándolo con cuidado en la tela de mi comprensión, que luego se envolví con ternura y coloqué estos dos primeros años de fe, de alegría y de lucha, de la provisión de Dios, en nuestro librero en un espacio entre el álbum de fotos familiares y las Crónicas de Narnia.

Amen! Gloria a Dios!

El cumpleaños número 31 de Darwin

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[Esta actualización originalmente fue publicada el 20 de Mayo del 2014 en nuestro blog www.HiddenTreasuresinHonduras.com en ingles y ahora ha sido traducida en español para poder servir de testimonio de la bondad de Dios entre los hispanohablantes del mundo.]

 

El mes pasado hicimos una caminata de unas horas hasta una de las cascadas del Parque Nacional Pico Bonito para celebrar el cumpleaños número 31 de Darwin. Nuestros hijos y muchos miembros de nuestra comunidad de fe se unieron a nosotros para caminar cuesta arriba rodeados de flora y fauna de Honduras. Fue en la misma cascada hace un año que Darwin formalmente pidió mi mano en matrimonio a mi padre…

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Darwin y yo con Gleny (9) y Jason (6), dos de los cuatro niños/jóvenes que Dios ha puesto en nuestra familia, haciendo la caminata para el cumpleaños de Darwin

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Entregar la vida de uno

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[Esta reflexión originalmente fue publicada el 20 de Mayo del 2014 en nuestro blog www.HiddenTreasuresinHonduras.com y ahora ha sido traducida en español para poder animar a los hispanohablantes del mundo con la verdad de Cristo.]

Recientemente en casa, estábamos hablando en privado con uno de los niños para resolver un problema de disciplina. El niño se sentó en una silla frente a nosotros, con los brazos cruzados, su pequeño ceño fruncido, robando miradas a nosotros dos, mientras su mirada permanecía fija de otro modo en sus pies colgando en frente de ellos. Ver al niño en una posición tan cerrada y poco amable de verdad era una situación muy fea.

Después de una larga discusión, orar juntos, y la asignación de un castigo (lo llamamos ‘consecuencia’), llegamos a la conclusión del tiempo hablando con este niño acerca del amor de Cristo por nosotros y nuestro amor por el niño.

La cuestión de disciplina era principalmente entre el niño y yo, por lo que hablamos de cómo la disciplina de un padre o una madre para su hijo se deriva de su inmenso amor por él. El niño, aun evitando cualquier tipo de conexión emocional, siguió estudiando sus pies oscilantes. Cuando se le preguntó si el niño estaba seguro de mi amor por él, el niño obstinado sacudió su cabeza «no» y dijo que no lo amo.

Mis ojos se abrieron enormemente y mi corazón se hundió, con sentimientos devastadores y un tinte de fuego de la ira que brotaba dentro de mí mientras pensaba, «¿Cómo puedes decir que no te amo? Te hemos recibido en nuestra familia como si fueras nuestro hijo biológico sin que lo merecieras ni pidieras; te hemos dado todo lo que necesitas y hasta mas! Hemos sacrificado nuestros propios deseos para poder criarte de una forma digna y agradable ante Dios, y tu dices que no te amo! ¿No te das cuenta que he dado mi vida por ti — ¨

Y en ese momento mis pensamientos tomaron un desvío inmediato al oír las palabras de Cristo tal vez más claramente que nunca. «He dado mi vida por ti. Y cuántas veces , Jennifer, cuestionas mi amor, comportándote como este hijo terco de mente cerrada? Acepta mi amor — cree que te amo abundantemente, tal como desearas que tu hijo creyera sobre ti.»

Mi corazón se hundió aún más, mi devastación a la observación a lo que el niño había expresado se convirtió en la realización de mi propia dureza. Entonces me arrepentí en mi interior hacia mi Salvador, confesando: «Creeré en ti, Señor. No voy a cuestionar tu carácter y amor.» La paz y una nueva comprensión y aceptación por el amor de Cristo inundaron mi cuerpo.

Un par de días después, cuando las cosas se habían suavizado con el niño molesto, pero todavía sin ninguna aceptación de mi amor por él, el niño y yo fuimos en uno de los autobuses públicos de Honduras en nuestro camino a la ciudad, el niño cómodamente sentado en mis piernas.

Ambos disfrutábamos de la vista desde nuestro asiento de la ventana, donde podíamos ver extensos campos de piña, la cordillera que marca el paisaje y las pequeñas tiendas y restaurantes a lo largo del camino. Sentí en mi corazón que el problema estaba aún sin resolver para mí — estará convencido el niño de mi amor y sólo dijo lo contrario en un momento de enojo e ira, o realmente sentirá que no lo amo? Susurré su nombre, e inmediatamente su cara volteó hacia mí, y le pregunté suavemente, «Si sabes que te amo, ¿verdad?» Y sin demora su pequeña cabeza se balanceaba arriba y abajo y me respondió con mucha seguridad un » Sí.»

Mi corazón suspiró de alivio y agradecimiento, y me sentí una enorme paz y una unión nacer entre nosotros a medida que viajábamos a la ciudad. Mientras el niño se sentó envuelto en mis brazos, sentí que los dos estábamos envueltos en los del Padre.

Amen! Gloria a Dios!

Un alboroto gozoso

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[Esta historia originalmente fue escrita el 15 de Mayo del 2014 en ingles en nuestro blog http://www.HiddenTreasuresinHonduras.com y ahora ha sido traducida en español para servir de testimonio de la obra redentora de Dios entre los hispanohablantes del mundo.]

Nos preparábamos para la cena mientras que Diana y Brayan practicaron sus flautas en el comedor contiguo, tomando descansos para hacer bailes tontos a su música y reír juntos. Gleny se sentó para practicar su flauta tranquilamente después de haber lavado a mano su ropa, y Jason estaba haciendo alguna versión de una rueda de carro en todo el piso del comedor porque él y yo ya habíamos pasado tiempo practicando la flauta.

Me senté a clasificar granos de frijoles en nuestra larga mesa de madera mientras los veía, tomando toda la alegría palpable a mi alrededor. Toda esa tarde y también por la noche, habíamos estado disfrutado de un tiempo jovial y alegre juntos, lo cual es algo inusual. Normalmente tenemos que hacer un esfuerzo para mantener la paz entre los cuatro hijos y mantener las cosas funcionando sin problemas, así que me encontré con una sonrisa peculiar arrastrándose en mi cara y agradecimiento explotando en mi corazón. Encontré que cada persona estaba cumpliendo su función con una excepcional delicia, incluso sublimemente.

La cena fue asimismo una ocasión alegre, y mientras dábamos gracias a Dios por la comida el canto triunfante seguía en mi corazón: ¡Paz! Verdadera alegría! Gracias, Padre. Gracias por los regalos preciosos inconmensurablemente que sólo tu brindas. Paz.

Mientras la comida se acababa, comenzamos la rutina de limpieza después de la cena. Me incliné y le dije a Gleny que tenía que hablar con ella afuera en privado. Lo dije lo suficientemente alto a propósito para que todo el mundo me escuchara. Me reí con el corazón al pensar en lo que su reacción sería a lo que sólo yo sabía que estaba a punto de hacer. Todos ellos se alarmaron de igual forma como pensé que lo harían, y ellos me miraron y luego con curiosidad, preguntándose por qué debía de hablar con ella en privado cuando no había ninguna infracción disciplinaria que discutir.

Gleny me vio con ganas de agradarme, pero también un poco nerviosa sobre lo que podría ocurrir en nuestra conversación a solas. Ella terminó de comer rápidamente, agarró mi mano y caminamos por el comedor que conduce a nuestro patio delantero.

Agachándome hasta llegar a su nivel de estatura, la miré a los ojos y le pregunté con mi peculiar sonrisa apareciéndose en mi cara, «Gleny, ¿qué es lo que no hiciste hoy?»

Sus ojos comenzaron a moverse mientras ella rápidamente buscaba en su mente alguna tarea pendiente o quehacer no cumplido. Yo no quería dejarla con ese sentimiento de juicio pendiente por mucho tiempo, así que después de un par de segundos, dije con una gran sonrisa, «Tu no gritaste! ¡Ni una sola vez!»

Sus ojos se iluminaron de inmediato en reconocimiento al hecho de que después de una lucha diaria durante tanto tiempo de rabia con las emociones, por fin tenía todo un día en el que ella no había estallado en ira contra uno de sus hermanos. Ahora ambas de nuestras sonrisas creciéndose juntas, ella se alegró y saltó hacia arriba y abajo diciendo, «Hoy no grité!»

Antes de que tuviera tiempo de decir o hacer cualquier otra cosa, la subí a mis brazos y comenzamos a correr – así, corriendo tan rápido como alguien podría hacerlo con una niña de nueve años de edad en sus brazos – por todo nuestro oscuro patio delantero bajo la luna llena de la noche y gritando continuamente «Woooo-hooooooooo!» como una persona que realmente ha perdido la cabeza.

Inmediatamente comenzó a gritar felizmente conmigo, y ahí corrí en grandes círculos, subiéndola de arriba y bajando en mis brazos, gritando celebrando la fidelidad de Dios por haber escuchado nuestra oración para que la paz habitara en el corazón de Gleny.

«¡Alabado sea el Señor! Wooooooo!» Gritamos mientras yo corría con una velocidad que disminuía cada vez más (me estaba cansando) a la orilla de nuestro patio. En una de esas vueltas, mientras me reía y mis brazos largos empezaban a agitarse y a debilitarse, mi dedo gordo del pie golpeó una de las muchas rocas en nuestro patio y casi me caí con la niña en mis brazos. Ahí mismo me recuperé, y reí aún más que antes, y seguíamos con nuestra celebración por todo nuestro patio.

No pasó mucho tiempo para que hiciéramos que la gente de la cocina se acercara a vernos, y pronto pequeño Jason estaba corriendo detrás de nosotros, con los brazos en el aire y gritos y alaridos que salían de su boca a pesar de que no tenía idea de lo que estábamos celebrando. Brayan se paró en los escalones de cemento, viendo con intriga mientras el resto continuaba con sus quehaceres en la cocina, como si una loca madre y su hija gritando por el patio eran tan normales como un día con tanta dulce paz como el que acabábamos de experimentar…

Amen! Gloria a Dios!

Alegría para el viaje

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[Esta reflexión originalmente fue publicada en nuestro blog en ingles www.HiddenTreasuresinHonduras.com el 29 de abril del 2014, y ahora ha sido traducida en español para servir de testimonio entre la comunidad de hispanohablantes de la obra activa de Dios hoy en día alrededor del mundo.]

Este mes tuvimos una gran fiesta en nuestra casa para celebrar varios aniversarios importantes. Hermana Jenae llego a la marca de seis meses de vida y servicio con nosotros en el Rancho y Hermano Erick celebró cuatro meses. Entre los niños, nos regocijamos con Brayan por haber alcanzado su aniversario de dos meses desde el día que se unió a nuestra familia, y Diana, Jason, y Gleny sus cinco meses.

Bailamos, alabamos a Dios y le dimos gracias por traer a cada uno de nosotros de un pasado muy distinto para unirnos en un propósito específico en Su Reino. Mi padre también nos visitaba en ese tiempo, por lo que tuvo la oportunidad de celebrar su presencia entre nosotros y su aniversario de un año desde su primera visita a Honduras.

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Amen! Gloria a Dios!

Hacer que los rábanos crezcan

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[Esta reflexión originalmente fue escrita el 23 de abril del 2014, y ahora ha sido traducida en español para así animar a los hispanohablantes del mundo en el camino de Cristo.]

«Eso puede ser una señal de que ella te ve como compulsiva, como más interesada en las tareas que en estar atenta a las personas en tu vida.»

Escuché atentamente cómo el psicólogo me explicaba uno de los dibujos de nuestra hija, señalando el boceto en lápiz de mi lavando la ropa en el dibujo de la familia.

«Por lo general, si un niño dibuja a su madre con alimentos de cocina o con un niño, eso retrata un espíritu cariñoso y amoroso, una madre que está interesada en proveer a las necesidades de los miembros de su familia. Cuando una madre se representa con la limpieza en el dibujo de su hijo, se nota que el niño siente que puede ser impulsiva y demasiado orientada a los oficios».

Yo sabía que el psicólogo tenía razón.

Eso fue hace varias semanas, y entre ese nuevo entendimiento y varios otros, Dios me está ayudando a recuperarme de una actitud cumplidora y hacedora, y descansar en la paz perfecta que Él quiere para nosotros, y así aprender cómo amar de nuevo.

Incluso ayer, después de haber pasado más de ocho horas entre la educación en casa, la preparación del desayuno y almuerzo para la familia, y la coordinación de varias asignaciones de tareas domésticas, por la tarde, cuando Gleny preguntó con entusiasmo si yo podía sentarme con ella y trabajar en su libro de colorear, sentí unas ganas inmediatas por escapar para ir a hacer algo en lugar de estar con ella. Mi primer pensamiento fue Pero necesito barrer la casa y …

Pero pude sentir el suave tirón de Cristo para simplemente descansar y ser. Amar y disfrutar de esta niña que Él ha puesto en mi vida – a esta princesa Suya – y colorear algunos osos panda y los delfines con todos los tonos del arco iris.

Este impulso de ir y hacer, aunque muchas veces es en nombre de Dios y para el beneficio de los demás, me ha llevado a una estación de estrés y de insomnio muy intenso. Creo que por fin estoy en el columpio de recuperación, y después de tener muchas cosas arrancadas de mí, me ha demostrado que en mi propia fuerza – sin importar cuan rápidamente corrí la milla cronometrada en el colegio o cuantas veces con alegría he escalado montañas con familia y amigas – literalmente no puedo hacer nada por mi propia cuenta.

Él me ha bajado de cualquier torre de obras que yo había construido para mí, y me muestra que, apartada de Él, nada soy. La paz sobre nuestro hogar, los rábanos que cultivamos en nuestro patio trasero, cada respiro – todo viene de su gracia. No puedo exigir que habite la paz en los corazones de mis seres queridos, ni puedo hacer que los rábanos crezcan o hacer que mis propios pulmones trabajen. Todo es una emanación de la incomprensible gracia de Dios.

Por varias mañanas en las últimas semanas, he sentido que Dios me llamaba a levantarme temprano, para encontrarlo a Él en las horas más tranquilas, aún antes de que haya demasiada música ruidosa de la grabadora y los niños clamando por mi atención. Me he parado muchas veces en el porche con asombro durante las frescas y tranquilas mañanas, y he sentido un asombro tangible pasando sobre mí mientras miro la niebla que cubre la cordillera detrás de nuestra casa, las aves del paraíso comenzando sus primeras llamadas, otro día perfecto que se derrama del corazón del Creador. En esos momentos tempranos por la mañana, me dice que reduzca la velocidad, para despertar a su impresionante belleza y recibir sólo a quien Él es.

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Un pasaje de la Biblia que leemos con frecuencia con los niños y en nuestra vida personal es el llamado radical de Jesús de que no hay que preocuparse – por la ropa, comida, bebida, o lo que el día de mañana pueda traer.

Muchas veces me siento frustrada cuando los niños «no lo entienden.» Cuando todavía se preocupan por la comida o tienen setenta y tres preguntas acerca de lo que vamos a hacer mañana. Cuando quieren controlar a los demás, o sienten que deben luchar por su lugar. Pero bien saben el mandato de Jesús de no preocuparse y afirman ser sus seguidores. Como pueden seguir con tales actitudes?

En todo este tiempo, sin embargo, yo, más que nadie, he perdido el punto. He tenido mi mirada fija demasiado intensamente en las preocupaciones del mañana, preocupándome  por las finanzas del próximo mes o tratando de darle un vistazo a lo que el próximo año podría traer. He proclamado el llamado de Jesús a una auténtica confianza mientras que en secreto permito que la preocupación me coma desde afuera hacia mi interior, tratando de tomar el asunto en mis propias manos, bajo mi propio control, en lugar de ponerme en manos del Dios vivo.

Ahora voy a caer. Ahora voy a obedecer, a descansar. Voy a confiar en que Él bendecirá nuestra casa con la paz, para que él, no yo, haga que crezcan nuestros rábanos, que Él orqueste mi próximo aliento. Y aun cuando los niños no se comporten de forma pacífica o el cultivo fracase o mis pulmones dejen de funcionar, sé en el fondo de mi corazón que Él todavía es bueno, que su amor se inició antes de la concepción de este mundo y continuará aun después de que se acabe, que todo, desde la belleza de la neblina de la mañana hasta los besos de mejilla descuidados de Gleny y hasta la muerte de Jesús en la cruz es una efusión de su gracia incomprensible, una manifestación de Su Majestad.

“Por eso les digo: No se preocupen por su vida, qué comerán o beberán; ni por su cuerpo, cómo se vestirán. ¿No tiene la vida más valor que la comida, y el cuerpo más que la ropa? Fíjense en las aves del cielo: no siembran ni cosechan ni almacenan en graneros; sin embargo, el Padre celestial las alimenta. ¿No valen ustedes mucho más que ellas? ¿Quién de ustedes, por mucho que se preocupe, puede añadir una sola hora al curso de su vida?¿Y por qué se preocupan por la ropa? Observen cómo crecen los lirios del campo. No trabajan ni hilan; sin embargo, les digo que ni siquiera Salomón, con todo su esplendor, se vestía como uno de ellos. Si así viste Dios a la hierba que hoy está en el campo y mañana es arrojada al horno, ¿no hará mucho más por ustedes, gente de poca fe? Así que no se preocupen diciendo: “¿Qué comeremos?” o “¿Qué beberemos?” o “¿Con qué nos vestiremos?” Porque los paganos andan tras todas estas cosas, y el Padre celestial sabe que ustedes las necesitan. Más bien, busquen primeramente el reino de Dios y su justicia, y todas estas cosas les serán añadidas. Por lo tanto, no se angustien por el mañana, el cual tendrá sus propios afanes. Cada día tiene ya sus problemas.”

Jesús de Nazaret en el libro de San Mateo 6:25-34

Aunque sea solo por uno

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[Esta historia originalmente fue publicada el 25 de Marzo del 2014 en nuestro blog http://www.HiddenTreasuresinHonduras.com en ingles, y ahora ha sido traducida en español para poder servir de testimonio de la obra de Dios entre los hispanohablantes del mundo.]

Uno por uno la mayoría de los estudiantes en mi programa de Niños Dotados cuarto a sexto grado en la Escuela Episcopal de La Ceiba donde enseñé a tiempo completo el año pasado y donde continúo a tiempo parcial este año entró cuando yo estaba preparándome para nuestras clases. Uno por uno venían a decirme, «Miss Jennifer, no voy a venir a la clase de hoy.»

Sus razones parecían legítimas, ya que me dijeron de la feria de ciencia en la que toda la escuela estaba participando y que algunos tenían un proyecto que presentar en la competencia o querían ver las creaciones de sus compañeros. Sincremente di gracias a cada niño por tener el respeto de venir y hacerme saber de antemano que no les debía de esperar esa tarde, aunque estaba un poco decepcionada con la noticia de que la feria de ciencias chocaba con mi horario de clases.

Pero en mi corazón me alegré, pensando Sí, yo puedo cancelar la clase debido a la baja asistencia y pasar un tiempo de descanso, seguir con mi lectura de la Biblia, prepararme para la próxima semana, y alistarme para la práctica de baloncesto de las chicas que comenzaría en unas pocas horas.

Había pasado una semana de guerra entre nuestros cuatro hijos, quienes luchan con el ajuste de tener un nuevo hermano, más el ajuste continuo de hacer frente a sus pasados, estar en un nuevo programa de escuela en casa, la aceptación de Darwin y yo como sus padres sustitutos, etc. La semana había estado llena de episodios de celos, varios niños que a su juicio no se sienten amados o de plano acusándonos de favorecer a un hijo sobre otro. Los niños habían formado equipos uno contra el otro, sintiendo como si tienen que luchar o competir para ganar su lugar en la familia o en el aula, jugando a la víctima, y poniendo a otros abajo para ellos sentirse mejor consigo mismos. Cada día parecía que cada niño tenía al menos una erupción o momento emocional, y nuestra semana estaba llena de estrés, largas oraciones, varios castigos (los llamamos ‘consecuencias’), discusiones sobre lo que significa mostrar el amor de Dios a los demás, y así sucesivamente. Sólo quería colapsar por el agotamiento mental, emocional, físico y espiritual que sentía, y pensé Qué regalo más inesperado de no tener que enseñar el día de hoy–

Y luego vino uno de mis estudiantes emocionados de cuarto grado, y con una sonrisa falsa en mi cara anticipando la excusa sobre la feria de ciencias, lo interrumpí diciendo: «Oh, está bien, sé que hay una feria de ciencias. Ve a disfrutarlo y sólo tendremos que esperar a tener la clase hasta la próxima semana.» Y de alguna manera mis músculos de las mejillas agotados forzaron a sacar una sonrisa tranquilizadora, esperando a que él aceptara mi propuesta como válida y se marchara.

«¡No!» Y su cara cayó, «Realmente quiero recibir la clase de esta tarde …» y parecía confundido acerca de por qué yo estaba considerando cancelar la clase. Yo siempre venia emocionada por pasar tiempo con mis alumnos, ejercer sus mentes con actividades dinámicas y encaminarlos hacia Dios. Por qué hoy iba a cancelar la clase?

Y pensé Cielos, ¿por qué no sólo se va a la feria de ciencias? ¿No se da cuenta de que estoy al borde de colapso?

Entonces le pregunté con cansancio si sólo sería él o si otros también estaban pensando en asistir a nuestra clase, y me confirmó que había por lo menos uno o dos más que habían dicho que llegarían. Pensé, tratando desesperadamente de justificarme en la cancelación de la clase, si hay sólo dos o tres niños – cuando hay cerca de veinte inscritos en el programa – no vale la pena. Es mejor simplemente esperar hasta la próxima semana cuando tengamos una asistencia completa.

Entonces, como sucede en tantas ocasiones, las palabras de Jesús cortaron mis pensamientos: «Incluso si hubiera una sola persona – un solo pecador – en todo el mundo, aun así yo habría muerto en la cruz por esa persona. Incluso por una sola. Los números no importan. Mira este niño ansioso y acéptalo como yo lo haría – invítalo y enseñale de mí y de mis caminos. Él es importante para mí. Como le dije angustiado a mi Padre, antes de morir en la cruz, que se haga Su voluntad y no la mía.»

Entonces, incluso con rebeldía – que incluso podría llamarla autodefensa – gritando en mi corazón, yo le dije que sí, que tendríamos clase porque los números no importan, y en mi corazón yo sabía que dar la clase era una representación de mi sumisión a la voluntad de Dios. Sus ojos se iluminaron de inmediato cuando le compartí la noticia, y salió del aula y comenzó a gritar en voz alta a sus compañeros, «¡Vamos! Es la hora de la clase de la Miss Jennifer!» Y yo me reí y rápidamente corrí afuera del aula por el balcón de la escuela en donde él estaba parado para decirle que dejara de gritar porque la clase no comenzaría hasta dentro de veinte minutos y, como él y mis otros estudiantes saben, soy alérgico al ruido innecesario. De repente los dos estuvimos riéndonos gozosamente.

Su pequeño rostro ansioso apareció en mi ventana varias veces durante aquellos veinte minutos, mientras entrecerraba los ojos para ver el programa que estaba escribiendo en la pizarra y para echar un vistazo a los materiales de aprendizaje que estaba preparando para ellos. Mi corazón rebelde se rompió y di gracias a Dios por haberme guiado a la obediencia amorosa.

Ese día cinco entusiastas de cuarto grado llegaron a mi clase y tuvimos un momento muy enriquecedor, que comenzó con una lectura profunda de las palabras de Santiago: La religión que es pura e intachable a los ojos de Dios es esta: cuidar de las viudas y huérfanos en sus aflicciones, y conservarse limpio de la corrupción del mundo. A partir de ahí cada uno de nosotros – incluyéndome a mi – pasamos unos veinte minutos dibujando lo que eso significa – no sólo el aspecto de ayudar a las personas en peligro, pero lo que significa conservarse a uno mismo puro de toda la destrucción y el pecado en nuestro mundo – ya sea el orgullo , amor al dinero, el odio, el materialismo, la mentira, la impureza sexual, etc. Luego continuamos con un ejercicio de escritura en sus diarios acerca de un determinado tema, seguido de un ejercicio que he inventado llamado Matemáticas Rápidas, y terminamos con un juego de lógica, todo lleno de diálogo dinámico sobre lo que significa conocer y seguir al Dios Verdadero.

A lo largo de las dos horas con mis estudiantes, me acordé de las palabras de mi esposo Darwin que pronunció en la casa de su primo recientemente. Su primo, que está casado y es un hombre de aproximadamente cuarenta años, es un empresario muy exitoso que había preguntado sinceramente a Darwin sobre la vida de Teresa Devlin, la misionera anciana bajo la cual Darwin trabajó y la que fue su mentora en el Conservatorio de Música de La Ceiba por más de diez años. Darwin respondió con sinceridad: «Ella habló con frecuencia y sinceramente de Cristo mientras estaba en el Conservatorio de Música, pero la mayoría de los estudiantes y profesores recibieron el mensaje de Jesús con oídos sordos. Yo escuché el mensaje y fui salvo. Básicamente soy el producto de sus 15 años en Honduras, y su misión se cumplió a través de mi vida.» Recuerdo que vi a mi esposo en una nueva manera – y no sólo a él, sino también la vida de Teresa Devlin y el poder infinito e incansable de Dios – con asombro renovado, respeto, y determinación.

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Incluso para uno solo, vale la pena. Por un una vida convertida a Cristo – incluso si se toma varios años, hay frustración y desesperación por los que se pierden, y la lucha diaria – vale la pena. Incluso si usted o yo o el alumno de alguna persona o su nieto o su jefe malo fuera el único ser vivo sobre la faz de la tierra humana, Cristo moriría voluntariamente por una persona así como lo hizo para las multitudes. Nunca juzguemos nuestro éxito, fracaso, o el valor de nuestros esfuerzos por los números.

Amen! Gloria a Dios!

Un, dos, tres…salta!

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[Esta actualización originalmente fue publicada el 16 de marzo del 2014 en nuestro blog http://www.HiddenTreasuresinHonduras.wordpress.com en inglés, y ahora ha sido traducida en español para poder compartir con los hispanohablantes alrededor del mundo lo que Dios está haciendo a través de nuestra familia sustituta/adoptiva para Su gloria.]

Después de muchos ajustes recientes, largas conversaciones de cara a cara, mediaciones de conflicto entre los niños, tiempos de oración profunda, y la tarea en curso de ser una familia no muy tradicional, la semana pasada sorprendimos a nuestros cuatro hijos con un viaje al parque local para relajarnos y celebrar el hecho de que el Señor nos tiene a todos juntos, incluso si a veces es incómodo o, pues, diferente

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Sujetando todas las cosas con nuestras manos en forma de vaso

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[Esta reflexión originalmente fue escrita el 11 de Marzo del 2014 en nuestro blog www.HiddenTreasuresinHonduras.wordpress.com, y ahora ha sido traducida en español para poder compartirla con los hispanohablantes alrededor del mundo y así servir de testigo de la increíble bondad de Dios.]

Sentí como que si toda la sangre se había salido de mi cuerpo y estuve a punto de caer en un profundo abismo. Mis piernas débiles seguían cargándome mientras Darwin y yo caminábamos a lo largo del camino de tierra que conducía a nuestro hogar, pero sentí como que si todas mis fuerzas – cualquier fuerza para luchar dentro de mí – se había ido cuando escuche esta respuesta a mi simple pregunta.

Había pasado el día entero trabajando en la administración, escribiendo cartas de agradecimiento, haciendo mandados, y comprando provisiones de comida. Darwin se había llevado a los niños a la ciudad para su visita parental mensual que la agencia gubernamental para la protección de menores requiere. Típicamente los niños esperan por un periodo de dos horas sin la real esperanza de que algún familiar los visite.

Cuando Darwin y los niños entraron por nuestro portón al llegar de su visita por la ciudad, recibí a cada uno de los niños con abrazo y un beso en la frente mientras Darwin se apresuró a nuestro baño para asearse porque habíamos recibido una invitación especial a cenar a la casa de su primo esa tarde y debíamos salir de inmediato.

Después de ducharse y cambiarse, Darwin y yo comenzamos a caminar tomados de la mano desde nuestra casa a lo largo del camino de dos kilómetros que lleva a la carretera. Le pregunté muy casualmente como la visita requerida con los niños había ido, y él respondió – como si le hubiera preguntado cuál era su color favorito o qué comió de desayuno – “Llegó su papá.”

Sentí como que si mi mundo había colapsado, como que si tuviera miles de preguntas que hacer al mismo tiempo, pero mis piernas se seguían moviendo y de alguna manera seguí respirando mientras escuchaba, como una pesada neblina, las palabras de Darwin:

Su padre biológico, quien no los había visitado recientemente y con quien no esperábamos tener contacto, los visito en el “día de las visitas parentales” a la oficina de la agencia gubernamental para la protección de menores y hablo con sus tres hijos como por una hora y media, diciendo que planeaba visitarlos cada mes y que trabajaría lo más difícil que pudiera para “sacarlos de este lugar.” La hija mayor protestó la propuesta que su padre les hizo con una profunda sinceridad, diciendo que estaba contenta con nosotros y que no quería irse.

Darwin me dio más detalles sobre la visita, pero mi mente se perdía en lo inimaginable, y lo que no tiene respuesta…

Pero estamos planeando empezar el proceso de adopción oficial.. y por ley no podemos hacer eso si ellos están recibiendo visitas de padres… cierto? Por lo menos eso es lo que me habían dicho. Qué pasa si su padre los toma y los lleva a que sufran ese daño emocional del que venían? Aunque para nosotros sería devastador perderlos, el sufrimiento a largo plazo por el que pasarían ellos seria mucho peor que nuestra perdida. Pero existe la redención para todos; nadie está afuera del alcance de Dios. El puede cambiar a su padre de quien yo había escuchado muchas historias de abuso… cierto? Qué somos – una familia o…? Sigue caminando, Jennifer…

Mientras una pierna caía muerta en frente de la otra, llevándome por toda la carretera, mis lentes bajo el cielo ardiente ocultaba mis ojos llenos de lágrimas mientras pensaba No puedo tener un colapso emocional ahorita, justo antes de—o peor, durante — esta gran cena con el primo de Darwin y su familia.

Mientras Darwin y yo nos sentábamos en silencio esperando que la cena comenzara, él me miró, la tristeza en mi corazón reflejada en mi cara pálida, y dijo, “Hace como un año atrás tú me dijiste algo que profundamente me impactó…”

Y pensé, Sé lo que él va a hacer.

Y en efecto, él suavemente tomó mis manos lacias y las juntó. Las puso dentro de las suyas como haciendo un hueco. Él dijo, “Tú me dijiste que así es como agarras todo, en tus manos abiertas haciendo un hueco, porque nada es tuyo. Jennifer, nada es nuestro. Somos solo administradores en el Reino de Dios.”

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Mi mente embotada viajó hacia la memoria de cuando había escrito en mi diario aproximadamente hace un año…

Febrero 11 del 2013: Ayer mientras me sentada en una roca mohosa en el rio, puse mis manos en forma de hueco y las bajé al rio, levantándolas para examinar la pequeña piscina que quedaba meciéndose en mis palmas unidas. Muchas veces en los últimos años yo había usado la frase “sujetando las cosas con manos en forma de un vaso” en metáfora para describir mis ganas de cuidar lo que Dios me ha dado—relaciones, oportunidades—sin buscar control. Ayer en el rio, miré intencionalmente, casi obsesivamente, a aquella pequeña piscina por algunos momentos breves antes de apretar los puños bruscamente. Luego, casi como un experimento para ver cuáles eran los resultados cuando agarramos agua, a la vida – cuando nos aferramos mucho- y torpemente a lo que Dios nos ha dado — empecé a agarrar manotadas de agua y – sin éxito alguno, por supuesto — a apretar el agua, a querer hacerla mía, y cada vez obtenía los mismos resultados: nada. Luego intenté el enfoque opuesto – agarrando el agua fría del rio en mis manos planas. En lugar de tratar de adueñarme del agua con rapacidad, me acerqué a ella con indiferencia, sin importarme si se había salido de mis manos rígidas, o fuera de mi vida. Inevitablemente, cada vez que el agua desaparecía de mis manos, ya que no tenía ninguna grieta segura para descansar. Luego regresé a mi posición original, maravillándome de mi capacidad de mantener el agua en mis manos cuidadosamente ahuecadas, pensando que ningún otro método funcionaría – pude haber intentado puyar el agua, darle bofetadas, balancearla en mis dedos, cruzar o torcer los dedos, extendiendo los dedos, pero cada vez me quedaría sin nada. Voy a mantener todo lo que el Señor me ha dado con mis manos abiertas en forma de copa.

Me senté allí, todavía con niebla, utilizando la poca fuerza que tenía para suprimir las lágrimas en mis ojos mientras él y yo nos quedamos allí durante varios minutos, mirando a nuestros vacías y ahuecadas manos. Me imaginaba a los niños — no sólo a ellos sino que todo y a todos en mi vida – sentado en mis manos ahuecadas con cuidado, mirando hacia mí. Entonces pensé, no, no así no, y comencé a imaginar los a ellos corriendo y bailando alrededor en las laderas de las palmas. Entonces empecé a verlos — los pequeños niños, saltando de mis palmas ahuecadas — saltando hacia el exterior de mis pulgares, lejos de mí, o siendo tomados de mis manos o voluntariamente saliendo de ellas. Empecé a sentir una extraña mezcla de paz, tristeza y comprensión.

Las palabras de Darwin, que eran inicialmente mías hace muchos meses, brincaban alrededor de mi mente cansada, «Nada es nuestro …» y oré en aquel entonces y sigo orando para que el Señor permita que esas palabras puedan establecerse y dar frutos en lo más profundo de mi alma – que nunca cierre mis manos con envidia o engañarme a mí misma en pensar de que tengo el poder, el control o propiedad sobre cualquier persona o cosa, incluyendo mi propia vida. Voy a hacer una resolución, una vez más, y esta vez con una comprensión más profunda: Voy a mantener todas las cosas con las manos abiertas en forma de copa.