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(La historia que se encuentra abajo fue escrita en Febrero 2014 en inglés, y ahora ha sido traducida en el español.)

Gleny, nuestra hija de nueve años, a quien con mucho afecto la llamo “Mi Glenicita Salvaje” debido a su montaña rusa de emociones y a su valentía natural, ha tomado el tiempo para escribir cartas de apoyo emocional y espiritual que salen de su corazón a las personas en su vida. Tanto Diana de trece años como Jason de seis años, también han comenzado a a escribir cartas sinceras a los demás, pero en esta publicación me concentraré en dos de las cartitas que Gleny ha escrito en las últimas semanas.

Mi esposo Darwin, yo, y los otros dos hermanos cristianos que obran con nosotros escribimos notas y cartas de apoyo y amor para los niños a menudo, y ha tocado nuestros corazones ver como ellos han tomado ejemplo y hacen lo mismo para otras personas.

 

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Diana, mi amada hermana:

Todos nosotros te amamos mucho — eres muy amistosa. A veces peleamos cuando jugamos, y me gusta cuando me haces cosquillas. Eres un excelente lectora, y gracias porque eres mi mejor hermana, y Jason es mi mejor hermano. Mi Ma, Pa, y mi Tía Tiki, y mi Tío Erick, y Jason te aman, y todos los de nuestra comunidad de fe. Espero me hagas cosquillas esta noche, y que nunca pierdas tu sonrisa o tu Dios. Gracias por todo.

Con mucho amor,

Gleny

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Gleny escribió la siguiente carta para la madre solidaria que ella y sus dos hermanos tuvieron durante dos años. Se sentó para escribirle la carta después de unas cuantas horas que recientemente pasaron con ella en una visita que planeamos para ellos. Su adorada madre solidaria es una viuda cristiana de aproximadamente sesenta años, y estamos agradecidos por las semillas de amor, fe, y disciplina que ella sembró en los niños mientras estuvieron con ella. A continuación están las palabras de Gleny para ella.

Para Doña Irma:

Hola! Cómo esta? Espero que esté teniendo mucha paz y mucha alegría y paciencia, amor y verdad, y con compasión como Cristo. Le amamos mucho, Doña Irma. La extraño mucho. Gracias por el helado y gracias por tu amor y tiempo para notros, y gracias por llevarnos de paseo alrededor del pueblo. Usted fue la mejor Ma del mundo —

[A este punto, mientras Gleny me dictaba la carta y yo la escribía porque aún no tiene la confianza ni la base académica suficiente para escribir cartas largas de forma que otras personas pueden entenderlas, ella me vio y con una gran sonrisa me dijo, “Igual que usted, Ma!” y se carcajeó.]

— Nunca nos gritó o golpeó; solo nos castigó. Y gracias por enseñarnos a leer aunque yo no ponía atención mientras usted estaba explicándonos el libro. Perdóneme por hacer tanto ruido en las mañanas todos los días. Gracias por sus consejos, y gracias por explicarnos cuando no entendíamos algo. Gracias por su hospitalidad con nosotros. Si no ls hubiéramos conocido, no hubiéramos sido lo que somos ahora. Por favor dele mis saludos a… [y nombró a más de 10 personas.]

Con mucho amor,

Gleny

Amen! Gloria a Dios!

Estamos siempre muy orgullos de ti, Gleny, y tu deseo de animar a otros en el Camino de Cristo!