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A partir de hoy, estaré actualizando el blog «Tesoros Escondidos» con una variedad de escrituras que llevo escribiendo desde el año 2014. Yo había mantenido este diario de escrituras acerca de nuestro caminar con Cristo en ingles en nuestro blog HiddenTreasuresinHonduras.wordpress.com, y ahora una amiga nos está ayudando a traducirlas en español porque no nos ha quedado tiempo para estar traduciendo las escrituras y manteniendo ambos blogs fielmente.

Nuestra meta es ir publicando todas las escrituras desde enero 2014 hasta la fecha que no habíamos traducido/publicado en español para así poder animar a los demás hispanohablantes en la fe en Jesucristo y servir como testigos del amor de Dios en nuestro mundo.

La primera escritura, originalmente escrita y publicada en ingles el 14 de enero de 2014, se encuentra abajo:

“Ella será su hija.”

14 de Enero del 2014

Dios ha cambiado mis planes muchas veces en el transcurso de estos últimos años, y esta es una historia única.

Darwin, nuestra hermana en Cristo Jenae, y yo esperábamos ansiosamente la llegada de los primeros dos niños de la agencia de protección infantil de Honduras (IHNFA) a Rancho Hogar, el hogar que Dios nos había proveído para criar a niños y jóvenes para Su gloria. Pasaban las semanas, llamadas y visitas nos hacían, enviábamos correos, pero no llegábamos a nada. Cada vez que hablábamos con algún representante de la agencia nos decían que no había ningún niño disponible, que todo el personal estaba ocupado en casos de custodia, o que debíamos regresar en otro momento porque estaban empapados de trabajos y no tenían tiempo para nosotros.

Una tarde, mientras estaba parada en el vacío porche del pequeño edificio de educación del Rancho, Jenae se carcajeó y dijo, “Hay huérfanos en todo el mundo, y aquí estamos, tres personas llamadas por Dios, listos para cuidar de ellos, y supuestamente no hay ningún niño para cuidar.¨

El tiempo transcurrió, y finalmente recibimos una llamada de la agencia: habían dos grupos de hermanos disponibles, pero cada grupo tenía tres miembros, lo cual era más de lo que originalmente planeábamos. La agencia nos explicó que el primer grupo tenía niños de dos, cuatro, y seis años de edad, y que el segundo grupo estaba compuesto de niños de cuatro, siete, y nueve años de edad. De todos modos, nosotros teníamos la voluntad de recibir niños de entre dos y siete años de edad, debido a que entre mayor sea un niño, mas cargas tiene y más difícil es de impactar sus vidas. O al menos así dicen.

Al oír sobre el grupo de hermanos mayores, con un niño de nueve años de edad que no era dentro del rango de dos a siete años que teníamos planeado, la voz de Dios invadió mi corazón y dijo que debíamos tomarlos. Todos quieren a los pequeños, y si tu no tomas a los mayores, entonces quien lo hará? Acaso no es ese tu propósito- criar niños que nadie más quiere? Ore durante la noche antes de dar una confirmación sobre esta decisión que tomar, y el siguiente día recibí apoyo incondicional de parte de Darwin y Jenae.

En el siguiente día, Darwin y yo estábamos en la ciudad de La Ceiba, cerca de la oficina de la agencia gubernamental, y llamamos repetidamente, casi desesperadamente, para decirles que al menos queríamos conocer el grupo de hermanos mayores. Luego de muchas llamadas ellos finalmente contestaron, e inesperadamente, nos dijeron que ese era “Día de Visita” para todas las casas adoptivas y orfanatos, y que los niños de las áreas de alrededor estarían visitando la oficina principal de la agencia esa tarde. Darwin y yo nos quedamos viendo el uno al otro con una alegría en nuestros ojos, reorganizamos nuestros planes de esa tarde, y rápidamente comenzamos a caminar a la rosada oficina gubernamental que había sido la causa de tanta frustración y confusión para nosotros durante los meses previos.

Esta vez llegamos con esperanza y anticipación reventando en nuestros corazones, pensando Hoy podríamos conocer a nuestros futuros niños. Al acercarnos a la oficina, viendo docenas sobre docenas de niños en el patio de diversión, calando en columpios de metal viejo, o idos esperando visitas de parientes, vi a cada uno de los niños, pensando en mi corazón Sera ese niño? O es aquella niña? Serán ellos- o aquellos – nuestros futuros niños?

Entramos por el portón oxidado, y ahí, sentados en fila- de mayor a menor- estaban los niños que parecían ser diferentes a los demás. Hice contacto visual con la mayor, y creo que sonrió- o tal vez fui yo!- y la voz de Dios invadió mi corazón, diciendo, “Ella será su hija.” Pensé- Como? La agencia gubernamental dijo que el mayor, el de 9 años, era un varón…– pero pare los pensamientos y decidí confiar en el plan de Dios. Inmediatamente nos pasaron a la oficina del director, y rápidamente fue a traernos a los niños de los que supuestamente él nos había hablado por teléfono. En el fondo de mi corazón yo sabía, o tal vez esperé, que ella y sus dos hermanos menores serían los que el director fue a traer, pero desde un punto de vista racional sabía que mis esperanzas eran absurdas.

De enseguida, la puerta que daba a la oficina estaba abierta, y ahí estaban ellos, ella y sus dos hermanos menores esperando de una forma incomoda, la hermana de en medio tirándonos sonrisas tímidas. Nos animaron a buscar algún espacio en la pequeña propiedad de concreto para conocer a los niños, y rápidamente se descubrió que la hermana mayor era la vocera de los dos hermanos menores. No teniendo ningún tipo de palabras ensayadas y llenos de todo tipo de emociones intensas, Darwin y yo comenzamos a hacerles preguntas básicas para conocerlos- sus edades, que les gustaba hacer, etc. Cuando la mayor nos comentó que tenía trece años, me quede sin respirar pensando, “ Dios, como es posible que tomemos a una adolecente? Ella solo es diez años menor que yo! Buscamos niños que están entre las edades de dos y siete…” Pero esos pensamientos rápidamente desaparecieron al percibir que Dios nos estaba llamando a obedecer, a mantener nuestros corazones abiertos, y llevar acabo lo que Él me había prometido- que ella sería nuestra hija.

Luego de una hora de hablar individualmente con ellos y con su madre solidaria, Darwin y yo nos despedimos y nos marchamos supuestamente a nuestra casa para orar sobre la situación. Los niños se quedaron detrás de su adorada madre adoptiva, una viuda Cristiana de entre los sesenta años de edad, y nos observaron con interés intenso cuando nosotros nos despedimos y sonreímos. Antes de salir del edificio, volteé hacia Darwin y dije, “Yo los quiero. Sé que dijimos que oraríamos sobre la situación, pero creo que ya no es necesario. Esos serán nuestros niños.” El inmediatamente acepto, diciendo que él también tenía la confirmación de Dios, así que nos regresamos a la oficina del director y preguntamos que teníamos que hacer para traerlos a casa con nosotros.

Los tres de ellos se convirtieron en parte de nuestra familia al día siguiente, 1 de Noviembre del 2013. [Y hoy en día, casi tres años después, siguen viviendo con nosotros y estamos en el proceso de adoptarlos legalmente].

Dayana, nuestra hija mayor, es una tremenda bendición tanto para sus hermanos como para nosotros, y es un ejemplo poderoso de pureza, alegría, fe profunda, y servicio desinteresado. Estamos tan orgullosos de ella y a diario damos gracias a Dios porque sus planes fueron diferentes a los nuestros.

“Que nadie te menosprecie por ser joven. Al contrario, que los creyentes vean en ti un ejemplo a seguir en la manera de hablar, en la conducta, y en amor, fe y pureza.” 1 Timoteo 4:12