“Por qué creó Dios a Adán y a Eva si él sabía que iban a pecar?”

Eso fue lo que Jason, nuestro hijo de siete años, me preguntó el otro día mientras el estaba parado en un banquito de madera, lavando los trastes en nuestra cocina. Yo había estado  limpiando detrás de él, pasando un trapo a las mesas e intentando alistar todo antes que entráramos en escuela en casa, él y yo trabajando en un silencio alegre hasta que su pregunta – la cual fue propuesta tan claramente y resueltamente – me dejó boquiabierta.

Inmediatamente dejé el trapo sucio en la mesa y me senté en la mesa un metro de donde él siguió pacíficamente y metódicamente lavando los trastes. Le dije, “Wow, que buena pregunta. No sé si vas a poder entender todo esto, pero voy a intentar contestarte. Dios creó a Adán y a Eva, sabiendo que iban a pecar, porque también sabia que iba a mandar a un Salvador al mundo para salvar a la gente de ese mismo pecado. Habría algunas personas – como tu y yo y muchos otros en todo el mundo – quienes algún día erigirían libremente amar a Dios y seguirlo. Si no estuviéramos libres para escoger maldad, para escoger pecado y las tinieblas, tampoco podríamos ser libres para elegir el bien, para elegir Su verdad. Todo tiene que ver con libertad.”

Sus ojos nunca se apartaron de los míos mientras yo pronunciaba cada palabra cuidadosamente e claramente, sus manitos todavía lavando varios vasos plásticos de multicolores y cucharas viejas de metal.

Yo seguí. “Por ejemplo, Pa y yo nos amamos porque decidimos amarnos. Elegimos casarnos y así amarnos y servirnos por el resto de nuestras vidas, y porque tuvimos la libertad de no escogerlo, eso hace que el amor que si escogimos sea mucho mas real. Por ejemplo, si yo no tuviera la libertad de escoger amar a Par – si tuviera que amarlo – yo seria su esclava. Es así también con Dios. Dios quiere que elijamos amarlo en nuestra libertad, porque si no estuviéramos libres para no escogerlo a El, entonces seriamos como sus esclavos y solo estaríamos amándolo y caminando en la luz porque no tendríamos otra opción. Dios respeta nuestra libertad y quiere nuestro amor genuino. Que buena pregunta la que tuviste, Jason. La respuesta contiene mucho mas, y podemos seguir aprendiendo juntos cuando tengas mas preguntas, pero creo que por ahora vamos a dejarlo así. Tiene sentido?”

El sonrió y me dijo, “Gracias, Ma.”

Este mismo niño que le encanta jugar con carritos de juguete, quien canta opera en voz altísima en nuestra cocina, quien se pone muy tímido al conocer a nuevas personas, y quien pronuncia mal muchas palabras, literalmente me pregunto esa pregunta y varias otras en estas ultimas semanas. Démosle gracias a Dios que su corazoncito tiene hambre de la Verdad y que el ha sido puesto en un ambiente donde tiene a muchos adultos a su alrededor quienes pueden contestar sus preguntas amorosamente y exactamente. Ore con nosotros por el futuro de Jason, que Dios siga formándolo en un hombre valiente y compasivo, listo para ser usado por Dios en el nombre de Jesucristo.